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Etiqueta: artes escenicas

Prevención de Lesiones de Cadera en la Danza

La articulación coxofemoral, comúnmente conocida como cadera, es una de las articulaciones más importantes a la hora de practicar las distintas disciplinas de la danza, debido a su amplia movilidad y a la gran cantidad de músculos que actúan de manera coordinada o sinérgica durante los diferentes movimientos que se realizan. Estos movimientos se mejoran con el tiempo y la práctica, y su perfeccionamiento viene acompañado de una constante repetición, lo cual puede llevar a un sobreentrenamiento, sobrecarga, u otras patologías relacionadas. Por otro lado, la danza es una disciplina de impacto, lo que quiere decir que el cuerpo debe amortiguar la caída en cada salto que se haga, y la cadera es una de las principales articulaciones encargadas de absorber ese impacto.

Incluso, aunque la danza sea muy heterogénea, gran parte de los gestos que se desarrollan en sus diversas modalidades pasan por el  correcto control de la articulación de la cadera y se centran en la pulcritud de los movimientos que estas deben ejecutar.

Lesiones más comunes

Hoy queremos hablaros de las lesiones más comunes que nos encontramos en Fisioescénica, en nuestro contacto diario con pacientes bailarines.

  • Los músculos aductores, psoas-iliaco e isquiotibiales tienen una función postural en el día a día, se encargan de mantener la posición erguida del cuerpo cuanto éste está de pie, y los dos últimos nombrados ven su morfología muy alterada al estar el cuerpo sentado, posición que va degenerando a una cada vez menos ‘higiénica’ con el paso de las horas. Este fenómeno es característico en estudiantes y gente que trabaja en oficina sentada toda la jornada. Es por esta razón que, después, a la hora de realizar una actividad física, estos músculos sufren la repercusión de las actividades diarias y se ve afectado su rendimiento, que puede llevar a distensiones o problemas de sobrecarga.
  • Los aductores son muy sufridos en muchas expresiones artísticas del baile, especialmente en todas las posiciones que impliquen un en dehors, son unos músculos que deben tener fuerza y a la vez elasticidad para poder elongarse correctamente, creando un equilibrio entre fuerza y flexibilidad. Ante la alteración de este balance, estos músculos, sus tendones para ser exactos, sufren un estrés que lleva, en ocasiones, a dolor en su inserción del pubis. A la hora de valorarlo, habrá que hallar el origen del dolor: por falta de fuerza o de flexibilidad (a razón de una contractura muscular). La falta de elongación del músculo, añadido a un movimiento mal controlado, puede llevar a una rotura de fibras o a una contractura súbita de protección por parte del músculo.
  • La sacroileítis es un proceso agudo inflamatorio que afecta a la articulación sacroilíaca. Esta articulación presenta una movilidad más amplia de lo común en bailarines debido a la gran extensión que adquiere la cadera en gestos como el arabesque. Muchas veces, este gesto queda limitado por los músculos que se estiran mientras se realizan, y la compensación del cuerpo por medio de la cadera y la columna lumbar lleva a la inflamación de la articulación antes mencionada. Estos músculos sobre los que poner la diana etiológica son principalmente el cuádriceps –en su porción del recto anterior- y el psoas-iliaco –en su porción del psoas-. Mantener un buen estiramiento de estos músculos mejora el rendimiento móvil de la cadera, en particular en su movimiento completo de extensión.
  • A raíz de esta gran movilidad articular, otro grupo muscular que podría quedar lesionado por un gesto exigente es el de los isquiotibiales, encargados de estirarse de forma muy repetitiva en disciplinas como el baile clásico o el contemporáneo, donde movimientos como el grand jeté supone una gran esfuerzo para estos músculos de la región posterior del muslo. En el caso de los isquiotibiales, la lesión más típica es la rotura de fibras. Este tipo de lesión requiere de unas 6 semanas de cese de la actividad deportiva, y la fisioterapia tiene un papel importante a la hora de recuperarla de manera competente. La flexibilidad de los isquiotibiales queda muy ligada a la de los aductores por cercanía anatómica, así que será muy importante mantener la necesaria elasticidad en estos músculos.
  • Los músculos glúteos, en particular el menor y el medio, están muy involucrados en los gestos al bailar, en particular en la danza clásica y la contemporánea, como ejemplos más exigentes para estos músculos. La contractura asociada a estos músculos es de las más típicas en la consulta clínica. Su dolor característico es quemante y se localiza en la cara externa de la cadera de manera difusa, pudiendo bajar por la cara externa de la pierna hasta la rodilla y,en algunos casos, hasta el tobillo. En muchas ocasiones ese dolor muestra similitudes con la ciática. Si esta contractura perdura en el tiempo, puede dar lugar a la trocanteritis (inflamación de los tendones de los músculos glúteos que se insertan en el trocánter), que se reconoce como una exacerbación del dolor de quemazón que producen estos músculos glúteos.
  • También se puede ver afectada la cadera por la contractura prolongada de estos músculos, pues aumentan el impacto entre la cabeza del fémur y el labrum. Al aumentar el roce, el labrum, formado por cartílago, sufriría de un desgaste prematuro que en caso graves podría llegar a romperse o fisurarse, comprometiendo la movilidad de la cadera.

¿Cómo puedes prevenir tú mismo?

Para prevenir y solventar las diferentes patologías y/o molestias que aparezcan en nuestras caderas, derivadas de la danza, las posibilidades más conocidas son:

  • Estiramientos: no por ser de las más conocidas es de las mejor conocidas. La utilidad de los estiramientos es controvertida. Sólo basta con abrir el debate entre varias personas para ver que el resultado y la eficacia apenas se repite. La evidencia científica detrás de los estiramientos está en duda, incluso aunque al estirar notemos un alivio instantáneo. Lo que no ha sido demostrado por los estiramientos es que prevengan la posibilidad de lesiones o de tener contracturas o agujetas, ni que mejoren la movilidad de una articulación. Además hay ciertos casos en los que los estiramientos están contraindicados como es en la aparición de tendinopatía; si estiramos un músculo cuyo tendón está inflamado (tendinitis) o atrofiado (tendinosis), los síntomas que aquejamos se agravarán.
  • El rulo de FOAM: recientemente ha aparecido el rulo de FOAM en la rutina de deportistas de diferentes prácticas. Al igual que pasa con los estiramientos, no se puede afirmar con certeza cuáles son sus beneficios. Tiene algo de ventaja frente a los estiramientos en cuanto a que su utilización sí ha demostrado servir para mejorar la amplitud articular de las articulaciones y estimular y vascularizar la fascia, que es el tejido que recubre al músculo.
  • Ejercicio: el ejercicio físico controlado e individualizado resulta ser la solución con mejores resultados y más evidencias de todas las posibilidades; se ha demostrado su valor tanto para prevenir lesiones como para recuperar algunas de las que puedan surgir. Ahora bien, cabe recalcar el hecho de que debe ser adaptado a las necesidades de cada individuo en función de la patología que presente. En el caso de una tendinopatía (como pueda ser la trocanteritis), una carga de trabajo excesiva es contraproducente para ese tendón debilitado y no conseguiremos el objetivo esperado, además de repercutir negativamente sobre esta estructura lesionada.
  • Fisioterapia: el fisioterapeuta es el puente entre la lesión y ese ejercicio terapéutico que nos ayuda a salir de la lesión. Un músculo contracturado no puede empezar a ejercitarse con esa hipertonía previa. Ahí aparece el papel del fisioterapeuta como trámite antes de comenzar con el ejercicio. Por otro lado, parte de las lesiones articulares o musculares pueden venir precedidas de una fatiga muscular debidas a la práctica de la danza u otro deporte, que pueden dar lugar a una caída o un mal gesto. El trabajo del fisioterapeuta es útil para prevenir estos eventos, evitando que esta fatiga llegue al punto de provocar el fallo en el cuerpo.

IÑAKI RAWINAD ALBIZUA

Nº colegiado 011365

La cintura escapular en el músico

Hoy en día, todo el mundo sabe qué es un fisioterapeuta: niños, adultos y personas de la tercera edad. Lo que quizá no se sabe tanto es que la fisioterapia puede intervenir en muy diversos campos. El papel del fisioterapeuta actualmente es muy amplio, nos los podemos encontrar en muchos espacios : centros de rehabilitación, centros deportivos, residencias geriátricas, clínicas privadas, escuelas de atención especial y atención temprana… Si en esta lista se incluyeran los conservatorios de música, más de uno se extrañaría, y es normal, ya que la fisioterapia en los músicos hace relativamente poco que empezó a desarrollarse. Desde hace cuatro años, en FISIOESCENICA se intenta dar a conocer esta rama para que la intervención de un fisioterapeuta pueda aumentar el rendimiento de un músico, así como evitar futuras lesiones.

Hoy nos centraremos en la CINTURA ESCAPULAR DEL MÚSICO y cómo conseguir una buena estabilidad, así como la flexibilidad que nos permitirá obtener libertad de movimiento del miembro superior (codo, muñeca y dedos):

“así de esta manera la mano llegará a tener más precisión, velocidad y agilidad”

(Philippe Chamagne).

En consulta, a menudo, nos encontramos con lesiones como tendinopatías o sobrecargas musculares a nivel de antebrazo, muñecas o dedos que han sido la consecuencia de un desequilibrio en la cintura escapular arrastrado durante mucho tiempo. Este desequilibrio viene dado, frecuentemente, por la hiperactividad de algunos grupos musculares y la poca actividad de otros, lo que conlleva la pérdida de la estabilidad que mencionábamos al principio y así, a largo plazo, esto puede ser causa de que la musculatura distal trabaje más de lo que debiera.

Como en cualquier disciplina de la fisioterapia, generalizar a veces es muy arriesgado. Habitualmente nos encontramos con que “ cada persona es un mundo”, por tanto, debemos valorar cada caso, aunque la ergonomía del instrumento sea teóricamente la misma. Aunque haya generalidades respecto a si son músicos de cuerda, de viento o de percusión, despué, en la práctica, vemos que cada músico tiene sus particularidades y deberemos adaptarnos a ellas.

Retomando la cintura escapular, lo que sí podemos garantizarles es que la adecuada sincronización de ésta va a influir directamente en el gesto musical. Pretendemos fortalecer esos músculos que estabilizan esa parte de nuestro cuerpo (por ejemplo, serratos, romboides y trapecios inferiores), enseñarles a realizar estiramientos de la musculatura que sobreutilizan durante horas para así oxigenarla o mostrarles cómo calentar esas articulaciones que van a sufrir esas posiciones tan prolongadas. A partir de aquí, según lo que el músico busque y necesite en cada momento, podremos intervenir más sobre la libertad de movimiento, la estabilidad o la precisión.

En este sentido, no sólo es importante que los músicos acudan a un fisioterapeuta especializado cuando tengan una lesión, sino también para prevenir o trabajar la conciencia corporal de esta zona del cuerpo tan importante para ellos. A veces, nos encontramos que no saben dónde están ciertas estructuras de la cintura escapular, o más bien, no tienen conciencia corporal de ello o no son capaces de realizar un movimiento controlado del hombro. Un ejemplo es el omoplato o escápula; les cuesta situarlo o sentirlo. Por tanto, para facilitar el trabajo de esa zona será importante realizar previamente técnicas propioceptivas. Para ello, se pueden realizar numerosos ejercicios trabajando en la pared, utilizando pelotas o gomas o enseñar imágenes, entre otras.

Esperamos haberos ayudado a comprender la importancia de un trabajo específico en estos pacientes tan complejos que aparentemente no realizan una tarea muy pesada, pero que, dada la cantidad de movimientos repetitivos tan minuciosos que realizan cada día, son una de las profesiones con mayor riesgo de generar lesiones.

Laura Navarro Lanchas y Alicia Used Plaza