Alineamiento de las articulaciones: Consiste en la correcta posición de la columna vertebral y de todas las articulaciones del cuerpo. En esencia, se trata de obtener la mejor postura biomecánica, en términos de eficiencia, para el cuerpo.
Centralización: Es un nombre metafórico para describir la base del método Pilates. También conocido como “power house”, describe el importante grupo formado por la musculatura abdominal, especialmente la profunda (aunque también intervienen de forma secundaria las lumbares, las caderas y los gluteos).
Concentración: Principio básico para realizar correctamente el ejercicio, el cuerpo y la mente deben estar conectados durante la práctica de cada ejercicio.
Control: Es fundamental mantener el control de la mente y de todos nuestros músculos sin hacer movimientos bruscos que puedan ocasionar alguna lesión en nuestro cuerpo. Cada movimiento debe ser controlado sin aumentar la tensión en determinadas zonas del cuerpo propensas a ello (hombros, mandíbula,…). Esto solo se consigue con la práctica.
Precisión: Consiste en ejercitar el cuerpo con movimientos cadenciosos, con la precisión que se adquiere con el paso de las clases. La precisión también es necesaria para la correcta colocación de las posturas de los diferentes ejercicios.
Fluidez: El método Pilates tiene que seguirse con movimientos fluidos, de la forma más natural posible: ni muy rápidos, ni muy lentos. Este equilibrio también consigue con la práctica.
Respiración: Uno de los factores más importantes en este listado de los principios del método de Pilates es saber “respirar”, saber oxigenar nuestro cuerpo (limpiar nuestro torrente sanguíneo). Se enseñará a realizar una correcta respiración.
